13/4/15

Triste adiós a Eduardo Galeano, el más latinoamericano de los escritores latinoamericanos.


Eduardo Germán María Hughes Galeano, nació en Montevideo, Uruguay, el 3 de septiembre de 1940.
En 1960 inició su carrera periodística como editor de la que sería la mítica revista "Marcha".
Tras el golpe de Estado de 1973 fue encarcelado y tuvo que exiliarse a Argentina. Publicó "Las venas abiertas de América Latina", libro que marcaría a varias generaciones, y que fue censurado por las dictaduras militares de Uruguay, Argentina y Chile. Esta obra proponía una historia de América Latina en clave de descolonización, lo que en ese entonces era impensable en los discursos dominantes. En Argentina fundó la revista cultural "Crisis".

En 1976 fue añadido a la lista de los condenados del escuadrón de la muerte de Videla por lo que tuvo que marcharse de nuevo, esta vez a España, donde escribió la trilogía "Memoria del fuego" (un repaso por la historia de Latinoamérica).
Regresó a Montevideo en 1985. Con otros escritores, como Mario Benedetti, y periodistas de "Marcha", fundaron el semanario "Brecha".
En 2007 superó una operación para el tratamiento del cáncer de pulmón, que le ganaría la batalla en 2015.
Junto su obra como periodista desarrolló una obra más narrativa, siempre comprometida y llamada a la reflexión. Destacan la novela corta "Los días siguientes" (1963) a los relatos contenidos en "Vagamundo" (1973). "El libro de los abrazos" fue uno de los libros más exitosos y logrados de Galeano.
La obra de Eduardo Galeano nos llama a establecer un frente común contra la pobreza, la miseria moral y material.
Sus trabajos trascienden géneros ortodoxos, combinando documental, ficción, periodismo, análisis político e historia.
Fue investido Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana, de El Salvador, la Universidad Veracruzana de México, la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Buenos Aires -Argentina-, y la Universidad de Guadalajara -México-.
Murió el 13 de abril de 2015, en Montevideo.

Qué mejor que recordarlo a través de sus propias palabras.


¿Qué tal si deliramos por un ratito?
    -Extracto de "El derecho al delirio", de Eduardo Galeano-    
 
¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.

Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajaremos para vivir.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

La comida no será una mercancía ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

Nadie morirá de hambre porque nadie morirá de indigestión.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura porque no habrá niños de la calle.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero porque no habrá niños ricos.

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas, condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.

La Iglesia también dictará otro mandamiento que se le había olvidado a Dios, “amarás a la Naturaleza de la que formas parte”.

Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.

Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

Seremos imperfectos porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.

Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última.-


EDUARDO GALEANO, escritor uruguayo.

-Extracto de “EL DERECHO AL DELIRIO”-

https://textosparalaindignacion.wordpress.com/2011/06/10/el-derecho-de-sonar-eduardo-galeano/

 

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