6/1/14

La Idea del Lunes / 6 de enero de 2014


Salinger que estás en los cielos

                                                                               por Reynaldo García Blanco

J.D.Salinger  (1919-2010)
A finales de los ochenta del siglo pasado, en cualquier librería de Cuba, se podía comprar por ochenta y cinco centavos un Salinger. Recuerdo las tardes de un mes de abril, que no era tan cruel, en la mítica cafetería La Ranchuelera, de Sancti Spíritus donde me sentaba a leer El guardián en el trigal.

Hay libros que son como una enfermedad contagiosa. Comienzan por una fiebre y terminan por dejarnos una lontananza que nos invita a quedarnos en la cama por unas vacaciones parecidas a la eternidad.


El pasado primero de enero hubiera cumplido 95 años de edad. No es lo mismo llamarse Jerome David Salinger  que J. D. Salinger. A veces me he detenido en pensar en los diferentes matices que pudiera haber entre El guardián en el centeno  y El guardián en el trigal. Tal vez estoy a tiempo de averiguar por los verdaderos culpables de que en Cuba tuviéramos el asombro de asomarnos a esa prodigiosa novela o a sus Nueve cuentos, donde Un día magnífico para el pez  plátano nos sigue persiguiendo con amor y escualidez a los furibundos lectores de finales de los ochenta del siglo pasado.

Holden Caulfield, adolescente insurrecto de sí mismo,  novato frente a la cotidianidad aplastante de la vida no es más que la radiografía de un mundo de las mentes ágiles y poderosas de hombres perturbados y la capacidad redentora que los niños pueden esgrimir frente a las duras circunstancias de la vida.

Siempre quisimos tener una foto, una entrevista a Salinger. Nos quedamos con los deseos: "Los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida", declaró en cierta ocasión.

En vano he recorrido el país por sus librerías en busca de El Guardián en el trigal; Nueve cuentos; Franny y Zooey; Levantad, carpinteros, la viga del techo o  Seymour: una introducción. Los pocos que quedaban en bibliotecas se los robaron o se esconden como hizo su autor por decenas de años.

Tal parece que la familia Glass ha encontrado su acomodo en este mundo y que su progenitor Jerome David Salinger más conocido como J. D. Salinger se refugia en el mes de enero que lo vio nacer hace noventa y cinco años y que lo vio morir en el año de gracia de 2010.

Salinger que estás en los cielos, acuérdate de nosotros, tus lectores de los ochenta, que todavía estamos en la tierra.

- La Idea del Lunes/ 6 de enero de 2014 - Santiago de Cuba, Cuba.
- E-mail: regabla@cultstgo.cult.cu 
 

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